Transformers: Beast Wars/Machines (1995-2001)
Tras la desaparición de G2, Hasbro decidió que había que darle un lavado de cara a la línea. Para ello confió las labores de diseño a una de sus afiliadas, Kenner. Kenner innovó completamente el concepto de Transformers, y los convirtió en robots transformables en animales realistas, desde perros hasta arañas. Para acompañar el lanzamiento de la nueva serie de contrató a la compañía canadiense Mainframe, que realizó una exitosa serie de animación por ordenador y nos presentó a los nuevos contendientes de la batalla, los Maximals de Optimus Primal y los Predacons de Megatron. Beast Wars fue lanzada a finales de 1995 con bastante éxito, en gran parte debido a la serie de animación. A pesar de ello el público se dividió en dos bandos, los que aceptaron Beast Wars como una continuación de Transformers, y los que afirmaban que “esos juguetes” no eran auténticos Transformers.
Los aspectos más destacados de los juguetes fueron la introducción de una buena articulación, - que aunque se había visto en G2 había pasado desapercibida debido al fracaso de la línea – transformaciones realmente complejas, asimetría, auto transformaciones (los llamados flipchangers) y, por supuesto, el aspecto orgánico de sus modos alternos.
Beast Machines surgió como la continuación de Beast Wars. Por desgracia, fue inferior al original en varios aspectos. Por una parte la serie de animación, aunque muy perfecta a nivel técnico, carecía del carisma y la calidad de su antecesora. Por otra parte los juguetes adoptaron un estilo entre orgánico y tecnológico que no llegó a convencer al público. El escaso éxito hizo que se cancelara su posible continuación, Transtech, optando por adaptar la última serie japonesa, Car Robots.
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